miércoles, 16 de septiembre de 2009

Conclusiones de la APDHB sobre la masacre de campesinos en Pando del 11 de septiembre

 
Sobre los acontecimientos del 11 y 12 de septiembre y la relación con el tema de la tierra
El antecedente más inmediato al 11 y 12 de septiembre son, ni duda cabe, las tomas y destrucción de varias instituciones públicas de Cobija, entre las que citamos: el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), instalaciones de la Aduana Nacional y las oficinas de la Superintendencia Forestal.
Las tomas violentas fueron realizadas por grupos de choque liderizados por personal de la Prefectura, el SEDCAM, el Comité Cívico y grupos de vándalos, como dan cuenta los testimonios recogidos por la Comisión de la APDHB. Estos grupos de vándalos se dieron a la tarea de saquear, robar y quemar decenas de tiendas de mercado, como queda establecido en la denuncia documentada del ciudadano basilio Condori Alvarez, propietario de una Empresa Unipersonal. Acción que fue particularmente destructiva en el caso de propietarios de origen altiplánico (La Paz, Potosí, Oruro). Esa situación descontrolada generó mucha inseguridad en los pobladores de Cobija.
El sector campesino que hasta entonces había logrado avanzar en una de las reivindicaciones históricas del sector, como es el saneamiento de tierras (ahora se encuentran en el proceso de titulación de propiedad), se organizaban para asistir al Ampliado convocado por su organización matriz, la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Pando (FSUTCP), encabezada por Antonio Moreno, con el fin de analizar una serie de temáticas que hacen al sector, entre ellas el relacionado a la tierra.
“Por la tierra nacemos y morimos”
Una placa pública colocada en la Av. 9 de Febrero de la ciudad de Cobija recuerda que el 2 de agosto del presente año el Presidente Evo Morales declaró a Pando como el Primer Territorio Saneado del país, quedando constancia del significativo avance que se había logrado en el proceso de una restitución histórica.
Por eso es necesario resaltar la preocupación manifiesta de los campesinos por los avasallamientos y las tomas de las instituciones publicas, en especial la oficina del INRA, que se sucedieron del 5 al 7 de septiembre pasado. Queda claro que estas acciones tocaban la sensibilidad más profunda de las familias campesinas de Pando porque justamente en esta oficina se concentraban los documentos de saneamiento y propiedad de la tierra, reivindicación por la que habían luchado prácticamente toda su vida. En estas acciones de avasallamiento los campesinos identifican a Luís Alberto Rojas, ejecutivo de la federación campesina paralela, organizada desde la Prefectura, como el cabecilla de la toma del INRA y la Superintendencia. En Porvenir, el señor Rojas, no quiso dialogar con los campesinos que pedían los dejen pasar rumbo a Cobija para participar en el Ampliado.
Según los testimonios recabados se pudo evidenciar que la fuerza movilizadora de los campesinos para asistir al Ampliado, convocado por la Federación de Campesinos para el 13 y 14 de septiembre, fue defender un derecho fundamental enmarcado en esta reivindicación sentida, la tierra:
“Más de 30 años hemos luchado los campesinos contra el poder gamonal y por fin podemos reclamar nuestra tierra, por fin podemos titular nuestra tierra, por fin muchas mujeres vamos a ser también dueñas de nuestra tierra y cuando lo hacemos, cuando reclamamos nos masacran (…) Las mujeres decidimos ir al Ampliado Departamental Campesino para velar por nuestros propios intereses, ya que este señor Leopoldo Fernández desde el 10 de agosto viene amenazándonos y siguiendo a los dirigentes en todas las comunidades. Cuando elaboró su Estatuto Autonómico nos decía que nos iba a agarrar y a dar huasca, que ellos iban a gobernar toda la vida y que nos iban a quitar nuestras tierras, porque las tierras él se lo iba a apoderar y dárselo a los ganaderos empresarios.
“… para hacer esta Comisión para ir a Filadelfia, hemos tardado en recoger a la gente, en juntarnos, esto no fue con plata, fue conciencia de nosotros mismos, porque teníamos miedo que nos reviertan las tierras, que nos quiten tierra. Por eso nos movimos…(…) nosotros estábamos con temor y por eso hemos ido a hacer esa marcha. Al ver que estaba tomado el INRA, creíamos que los papeles estaban todos quemados, iba a quedar en nada esa marcha que hicieron nuestros padres, al ver eso nosotros nos hemos levantado. Qué esperaba, si tomaron el INRA iban a hacer eso”.
“No íbamos a pelear sino íbamos a un diálogo para recuperar lo que en verdad nos pertenece, por derecho nos pertenece porque tenemos varios hijos, nosotros ya somos personas avanzadas y tenemos hijos y tenemos nietos, para dejarle eso a nuestros hijos es que íbamos, para recuperar porque los de la Prefectura decían que nosotros los campesinos habíamos quemado la oficina del INRA, pero es mentira”.
“Nos agarraron, nos humillaron, nos golpearon y nos mataban como a perros”
Después de cumplir con nuestro cometido en el departamento de Pando y haber hecho un balance del estado de situación, luego de haber conversado con la población, de entrevistar a las víctimas de los hechos luctuosos del 11 y 12 de septiembre y conversar con autoridades de la Policía, Ejército y miembros de la Iglesia, se llegó a la conclusión que en Pando hubo una masacre a los campesinos de diferentes provincias de aquel departamento y a los estudiantes normalistas de Filadelfia; con varias agravantes: ejercicio de violencia psicológica y física; tortura y desaparición de personas.
Hechos delictivos
La APDHB después de una exhaustiva investigación, ha comprobado mediante testimonios, inspecciones en los lugares de conflicto, participación en los rastrillajes, exhumaciones, entrevistas a autoridades, etc.; que campesinos e indígenas, quienes no estaban armados y marchaban pacíficamente para la reunión ampliada de su sector, fueron victimas de los siguientes hechos delictivos y vulneradores de los derechos humanos:
Masacre
La APDHB, basada en el trabajo de campo realizado en Pando sostiene que lo ocurrido el 11 de septiembre fue masacre porque entiende, a partir de los testimonios, que hubo matanza de personas indefensas, producida por ataque armado:
“No traía ni siquiera un palo para defenderme”.
“Yo les digo que si nosotros hubiéramos tenido armas no hayamos muerto así, no hubiéramos corrido, nosotros no hemos tenido nada de armas, por qué han caído nuestros niños, porque íbamos a una marcha pacífica, si hayamos ido con esa iniciativa de hacer enfrentamiento no hubiéramos llevado niños, ni mujeres, sino puro varones”.
“… porque esto compañeros ha sido una masacre, quienes tenían armas han disparado contra personas indefensas que no tenia más que un palo para defenderse”.
“…mi esposo no venía armado, solamente traía lo que le habían pedido los platos para servirse y ya en la masacre a él le dispararon aquí en la nariz y que salió aquí, lo único que yo pido es que me ayuden a hacer justicia…”.
El 11 de septiembre no hubo enfrentamiento porque esto supone la existencia de dos fuerzas beligerantes que cuentan con igual cantidad de arsenal y fuerza bélica para agredirse mutuamente y saldar cuentas. Esta claro para la APDHB y después de cotejar los hechos, que no hubo situación de enfrentamiento, por el contrario, todo apunta a señalar que se desarrollo un plan premeditado y planificado para impedir la llegada de los campesinos al Ampliado convocado por sus dirigentes.
Me llamó un compañero desesperado desde Porvenir y me dijo “compañeros están armados, manden a buscar seguridad, o sea manden algún refuerzo o algo, esta gente está armada con petardos y están armados”.
“El mismo policía declaro e´llos están armados´ cuando yo fui a negociar ellos nos dijeron van a tener mucho cuidado que ellos se están armando, nosotros ya no podíamos ir ni para atrás, ni para adelante, ni al costado porque era el río, para la derecha se va a la ciudad de Cobija también estaba cruzada la volqueta de ellos y cargado con tierra, no podíamos ir para ningún lado ya, nos habían hecho la emboscada total”.
Masacre
La Comisión de la APDHB confirmo, basadoa en los testimonios de las víctimas, que los 15 campesinos (entre ellos dos mujeres) fueron torturados, después de ser detenidos por civiles, muchos de los cuales fueron identificados como funcionarios de la Prefectura de Pando. Civiles, que a decir de las víctimas, llevaban consigo armas cortopunzantes y armas de fuego, atribuyéndose la representación de la fuerza pública. Los presos fueron privados de su libertad, privados del acceso a la justicia y mientras duró su cautiverio fueron ferozmente golpeados y cruelmente torturados. El siguiente testimonio fue corroborado por otras víctimas:
“…me vieron y me agarraron, les dije que no estaba haciendo nada, que venía con las manos limpias y me pusieron el arma en la frente y empezaron a darme puñetes por todos lados; logre zafarme y corrí como 100 metros, a una casa estaba encerrado. Otra vez me agarraron, esta vez las mujeres me querían huasquear y una de ellas me defendió, estaba con su bebé en el brazo, pero me llevaron a la volqueta, me treparon como un trapo. Una mujer que estaba arriba, agarrada de un salón y un palo, me dio un garrotazo aquí en la cabeza y me partió y caí adentro la volqueta, luego me senté y agarré este rosario y me puse a rezar y mi sangre chorreaba y mi ropa era bien ensangrentada y ellos decían (…) No me dejaban ni levantar la cabeza, eran de caminos, ellos me conocen mí. A mis compañeros los tenían con las manos atrás, amarradas con alambres.
Luego nos llevan al Comité Cívico, cuando bajamos nos recibieron a puñetes y a patadas (…) un joven y una señora joven me protegieron, pero por encima de ellos me golpeaban, ahí estuve una hora y media. A mis compañeros les pegaban, les pateaban la cara. De ahí nos sacaron y nos llevaron a la cárcel (…) al llegar otra vez nos volvieron a golpear, yo no sentía ya, yo creo que cuando uno lleva harto, ya no le duele nada ¿no?

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